Para quienes no podemos asistir habitualmente a este tipo de Misas ha sido un verdadero gozo espiritual el tenerla en nuestra propia ciudad, y dentro de la Octava de Pascua.
Quiera Dios que la normalización de esta forma litúrgica las vaya haciendo cada vez más accesibles a los fieles.
Agradecemos vivamente al Instituto de Cristo Rey Sumo Sacerdote, y al P. Raúl Olazábal, tanto la organización de este curso, como la elección de Córdoba como sede del mismo. Y felicitamos a todos los sacerdotes asistentes al curso, animándolos a celebrar conforme al Misal de 1962, tal como autoriza el Motu Proprio Summorum Pontificum de Su Santidad el Papa.
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