lunes, 6 de julio de 2020

Crónica y fotografías de la Misa celebrada en Lucena el 4 de julio de 2020

El día 4 de julio ha tenido lugar la celebración de la Santa Misa tradicional cantada en la parroquia de San Mateo, de Lucena, ante la imagen de la Stma. Virgen de Araceli.
Esta misa, que coincide aproximadamente con el aniversario del motu proprio Summorum Pontificum, se ha celebrado otros años en el Santuario de la misma venerada imagen. En este año, por las circunstancias excepcionales de la epidemia recientemente padecida, la Patrona de Lucena se encuentra en la parroquia de San Mateo, de la misma ciudad. Por esta razón, en dicha parroquia, de proporciones monumentales, ha tenido lugar nuestra celebración.
La Santa Misa fue celebrada por Fr. Joaquín Pacheco Galán, O.F.M., y asistió en coro Mons. Alberto José González Chaves. La predicación del celebrante versó sobre las razones que llevaron a Benedicto XVI a promulgar el motu proprio y se extendió en la importancia del canto gregoriano en el rito romano.
Se celebró la misa propia de la Virgen de Araceli, y se interpretó el ordinario de la misa de angelis y el propio del día en gregoriano. El acto concluyó con el canto de la Salve y del himno de la Virgen de Araceli, compuesto en 1948, con ocasión de la coronación canónica de la sagrada imagen.
Asistieron a la celebración numerosos fieles, tanto de Lucena como venidos de distintos puntos de Andalucía, destacando especialmente la presencia de un nutrido grupo de jóvenes, pertenecientes a las asociaciones hermanas Una Voce de Córdoba y Sevilla.
Queremos expresar nuestro agradecimiento al párroco de S. Mateo, de Lucena, por las facilidades de todo orden que ha dado para nuestra celebración.
Un año más hemos querido dar gracias a Dios, por medio de María Santísima, mediante la celebración del Sacrificio del Altar, por la normalización de la liturgia tradicional que supuso el Summorum Pontificum. En las manos de la Madre de Dios, en la dulcísima advocación de Araceli, ponemos todas las intenciones de los sacerdotes y fieles afectos a la liturgia con la que durante siglos la Iglesia ha dado culto a Dios.
A al terminación de la Santa Misa, algunos de los asistentes se reunieron para un almuerzo de hermandad que permitió estrechar lazos de amistad entre los mismos. Igualmente este almuerzo nos dio ocasión para hacer unos sencillos regalos a Mons. González Chaves con motivo de los veinticinco años de su ordenación sacerdotal.









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